lunes, 23 de marzo de 2009

Una más

Se dio cuenta que escribiendo podría hacer aquello que más le gustaba cuando no le fuese posible más que a través de este medio: volar; salir corriendo... Huir... Sí, huir. No era su especialidad dejar el culo quiero durante un largo período de tiempo en el mismo lugar. Todas las noches se acostaba con alguna gran idea para dejar constancia de que sabía es escribir (sí, la verdad es que la inspiración nocturna es la mejor, para qué engañarnos), de que le gustaba y de que tenía ideas... Y con todo su sueño y su galbana se metía una vez más en la cama de la que llevaba sin salir tanto tiempo...

Unas malas semanas, precedidas de tres malos años... Un cara a cara... No estaría mal... O, no sé... Tal vez, llegar a la luna sería también emocionante (siempre contando con quién fuese ese cara a cara... Un ardiente Frost contra Nixon podría incluso desbancar la idea de subir a la luna... Sí, la verdad es que era española, mal que le pesase); o ser otra persona diferente, en otro lugar y en otro momento... Porque Inverness y el transiberiano estaban esperándola... Eso no era algo que tuviese que inventarse, no era algo para lo cual tuviese que dejar libre su imaginación, soltarse los grilletes de la pereza y comenzar a teclear una letra tras otra... No, aquello sí la esperaba.

Recordaba las palabras de esa película tan impactante que había visto la noche anterior, porque cada vez que escucha esos monólogos recordaba los suyos propios... Se sentía, en cierta medida, identificada con todos esos personajes locos y enajenados que aparecían en pantalla y últimamente en sus sueños... También mezclaba ficción con realidad incluso en sus sueños y aquello le resultaba odioso... Los sueños son sueños pero no es bueno mezclar los negocios con el placer... Eso lo sabe todo el mundo... Mezclar sus películas con la realidad... Dios mío, si ya había llegado al punto de no discernir cuál eran negocios y cuál era placer.... Cuál era la película y cual su realidad... Esa realidad que por momento le gustaba menos... Esperaba que alguien por la calle saltase desde un edificio con una magnum automática en la mano (mejor dos) para salvar la ciudad o para mancharla más de sangre... Al menos así sabría que las cosas estaban cambiado... Y no en un cuento de hadas, sino en algo que podría pasar en la película de sus monólogos... Esa en la que los pensamientos de los personajes resuenan en la cabeza de los espectadores como los de cada una de las personas espectantes a la próxima palabra para no perder detalle...

"Los tiempos del todo o nada han vuelto"

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