miércoles, 3 de junio de 2009

Cuando jugábamos a ser espías


Y a creernos importantes, realmente importantes... A ir y a venir pensado que nos comíamos el mundo. Llegamos a meternos tanto en el papel que cuando llegó la hora de volver a ser nosotros mismos nos dimos de bruces con la realidad... Y fue mucho más duro que nuestro juego de infiltrados. Tú, un agente doble para el Mossad en territorio enemigo; yo, simplemente Mata Hari (sí, aquella holandesa que murió fusilada por los franceses). Llegamos a creernos tan imprescindibles que una vez terminada la partida nos dimos cuenta que tan sólo éramos un par de peones en la misma (ni si quiera llegábamos a la categoría de alfiles... Éstos son prescincibles, pero menos que un simple peón) adelantando de casilla en casilla, como dos ciegos, al antojo de otros.

Ya ha pasado un año y recuerdo todo aquello con una mezcla de amargura y nostalgia... Aquella noche, escondidos en medio de la nada, escuchando una conversación ajena al otro lado del río... que según nosotros podría habernos costado la vida... Sólo éramos dos tontos demasiado implicados en un juego que les quedaba demasiado grande.

Y pensar que sólo nos faltaba una mágnun automática del 45 (eso sí, tallada en un PVC de calidad) para ser aquello que un día interpretamos con tanto esmero. Fue sorprendente descubrir poco a poco y bien pasado el tiempo que los había tan tontos como tú y como yo para hacerse cómplices en toda esta trama de intrigas y secretos... Aquello nos dio como resultado el sentirse parte de de algo que, no sólo no existe, sino que en contraposición a nuestra idea preconcebida, era todo aquello que con este "juex d'enfants" intentábamos evitar.

Creernos parte de aquella aventura casi nos cuesta un billete de ida sin retorno a una clínica psiquiátrica y a pesar de todo, cuando el juego se terminó, las presiones desaparecieron y la adrenalina tomó de nuevo sus niveles correspondientes fue mucho más duro seguir caminando... Ya que ser parte de una historia, real o ficticia; y ser protagonista de la misma nos hace sentirnos siempre un tanto... Especiales.

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